Los inversores deben decidir qué hacer con su dinero, pero está claro que pagar por el dólar los valores actuales parece una exageración.
Estamos en medio de una corrida cambiaria. Esta crisis comenzó la primera semana de junio con la venta de bonos que ajustan por inflación, se acelera con la restricción a las importaciones y se descontrola con la salida de Guzmán donde estuvimos más de 24 horas sin saber quién lo reemplazaría e incluso con un Banco Central sin saber si tenía que decretar feriado bancario y cambiario el lunes siguiente.
Todo esto acompañado por la mayor emisión de pesos en un mes, junio vio incrementado el stock de pesos en 13% del total. El resultado fue un incremento del dólar de $205 a fines de mayo a más de $350 que tocó el viernes, con los dólares financieros cerrando entre $312/$330.
Más allá de la corrida que estamos viviendo la misma no llega a contagiar al sector financiero, por lo menos por el momento. Los depósitos privados en dólares se encuentran en u$s15.063 millones al 20 de julio, lo que significa una baja de 2.7% en 50 días, una cifra no alarmante dada la magnitud de la corrida. Por otra parte los depósitos en plazo fijo, tanto tradicionales como los que ajustan por inflación (uva), siguen creciendo. El stock de los mismos asciende a $5,1 billones con un incremento de 14%.
Esto es de suma importancia para entender la magnitud de la crisis. Si bien es un dato positivo que los depósitos bancarios no se hayan visto afectados también es preocupante ver que sin haber sufrido una huida de los depósitos los dólares subieron un 50%, de producirse la misma a cuánto podría alcanzar el precio del dólar? Por eso es imprescindible abortar toda corrida ni bien comienza.
Cuál es el impacto de las últimas medidas
Las medidas que se han implementado en los últimos días, incremento de impuestos sobre el gasto de tarjeta de crédito, más restricciones sobre las operaciones del dólar mep y ccl no parecen ir en el sentido correcto. Incluso de lograr estabilizar el dólar en estos valores estamos hablando de brechas entre el dólar oficial y los libres en el orden del 150% , hecho que hace imposible el desarrollo normal de la actividad económica.
Estas brechas generan expectativas devaluatorias y junto a la restricción de las importaciones provoca retención de mercaderías por parte de las industrias dada la incertidumbre de su precio de reposición y saltos de precios como cobertura. Datos preliminares hablan de una inflación superior al 6% para julio y algunas consultoras se animan a decir que superaremos el 8%.
En este ambiente los inversores debemos decidir qué hacer con nuestro dinero, pagar por el dólar los valores actuales parece una exageración, hoy tendrían más para bajar que para seguir subiendo. Pero es verdad que en un proceso de corrida nadie compra dólares porque crea que están baratos o caros, se compra porque se percibe que mañana seguirán subiendo.
Lo cierto es que parecería que el momento de comprar dólares ya pasó, quienes lo pudieron hacer a tiempo han logrado una muy buena cobertura de su capital, por ejemplo quien compró u$s 1.000 en mayo hoy sigue teniendo esos u$s 1.000 pero valen unos $120.000 más. Las acciones sirvieron como cierta cobertura pero estuvieron lejos del salto que pegó el dólar.
Lo que sigue, aún si pueden detener la carrera del dólar, es el salto de los precios que ya se está dando. Esto acelerará la inflación y los instrumentos que indexan por ella recibirán ese incremento. Pero esto no está libre de riesgo, por un lado que no puedan detener la suba del dólar y hasta que tengan que terminar devaluando el dólar oficial, por el otro el riesgo de no poder renovar los vencimientos de deuda en pesos y terminen reprogramando los mismos cambiando las condiciones originales, es una opción que el gobierno niega pero teniendo en cuenta la situación del país y la clase de deudor que es la Argentina el inversor está obligado a contemplar.
Como siempre el destino estará en manos de las medidas que tome el BCRA que hasta ahora se niega a retirar agresivamente los pesos que provocan esta corrida y a subir las tasas. No está mal que el tesoro lidere la tasa positiva en el mercado pero en un contexto de aceleración inflacionaria la entidad no puede olvidarse de la correcta remuneración de los depósitos en pesos.
En momentos de alta incertidumbre lo mejor es diversificar las inversiones para minimizar los riesgos, de esa forma mantener parte del capital en moneda dura pero también asignar un porcentaje a instrumentos que ajusten por inflación. Consulten con su asesor financiero para encontrar el mejor equilibrio para sus carteras de acuerdo con su perfil de inversor. A mayor volatilidad más es el tiempo de dedicación que sus inversiones necesitan, no olviden que se trata de su dinero. Hasta la semana que viene.
El texto original de este artículo fue publicado el 25/07/2022 en www.iprofesional.com
Fuente: https://www.iprofesional.com/elinversor/366499-dolar-invertir-en-medio-de-una-corrida-cambiaria
Autor: Christian A. Buteler